BOCETO PARA UN EVANGELIO DEL BUEN LECTOR
Germán Espinosa(Cartagena de Indias, 1938- Bogotá, 17 de octubre 2007). Uno de los más conocidos y prolíficos autores del llamado pos boom. Sus obras y textos han sido traducidos al inglés, francés, italiano, danés, chino y coreano. La Unesco declaró su novela La tejedora de coronas obra representativa de las letras humanas. Ha sido diplomático en África y en Europa. También catedrático de literatura y de ética en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Fue Doctor Honoris Causa de varias universidades y ganó en 2002 el Premio Nacional de Literatura. Entre sus obras más connotadas, además de la ya citada, figuran: La noche de la Trapa, Los cortejos del diablo, El signo del pez, La balada del pajarillo, Noticias de un convento frente al mar y La liebre en la luna.

1.      La lectura es una forma de hacernos contemporáneos con los seres humanos de todas las épocas. A través de ella, podrás conversar con los hombres de años recientes o del pretérito más remoto. El buen lector es un viajero y un ciudadano del tiempo.
2.      Para ser buen lector sé, pues, consciente de tu universalidad en el espacio y en el tiempo. No leas sólo aquello que produjo tu propia época o que atañe tan sólo a tu propia disciplina. Sabe que éstas poseen conductos comunicantes con todos los demás períodos de la historia y con todos los órdenes del trabajo humano, los cuales las irrigan como arterias hidráulicas.
3.      No te prives de experimentar esa irrigación, pero que sea de primera mano. Conoce los libros y el pensar de todas las épocas por ti mismo, no de oídas.
4.      Sin embargo, abstente de seguir leyendo el libro que te aburra. Insistir en él, puede llegar a entrañar una tortura y, por consiguiente, un pecado contra ti mismo.
5.      Nunca ocultes ni busques mayor justificación a tu disgusto por un libro. Si no te gustó, ello es parte de tus fueros.
6.      Tampoco trates de disculpar al autor desabrido.
7.      Ello no quiere decir que el libro que ayer te aburrió, mañana no pueda revelarte facetas deliciosas. Piensa en la ley de relatividad y en que cada instante nuevo nos crea un diverso punto de vista. Hay libros que es mejor postergar para cuando nos hallemos en auténtica disposición de disfrutados, pues no debes olvidar que, a cada día que pasa, un lector diferente nace en ti.
8.      Ama, ante todo, la gran literatura, la que conmueve tus fibras íntimas, la que te llega más profundo. Ésta puede comportar, en algunos casos, una admirable síntesis de todas las disciplinas y de todas las artes.
9.      Jamás dejes de leer un libro porque con él hayan hecho una película, una serie de televisión o algún resumen banal. De ordinario, el original -el libro en la totalidad de sus páginas- es superior y más entretenido.
10.  Cuídate de no leer un libro que contenga subrayados de un lector anterior. Éstos pueden desviar o entorpecer tu apreciación.
11.  No tomes demasiado en cuenta la opinión adversa de un tercero sobre el libro que te ha gustado. En cierto modo, cada lector inventa el libro que lee.
12.  Recuerda que, en muchos casos, lo mejor de un libro es lo que tú consigues agregarle.
13.  No hay dos lecturas iguales de un mismo libro.
14.  No leas libros escritos por personas que te disgusten. Por buenos que pudieran ser, te afrentarían.
15.  No trates de aparentar que te gustó un libro que, en realidad, te aburrió. Si lo haces, la simulación se te notará a flor de piel.
16.  Recomienda los libros que te gusten, pero no te esfuerces mucho en lograr que otros los lean. Si no lo hacen, ellos se los pierden.
17.  Nunca trates de engañar hablando, por referencias distintas de la lectura, de un libro que no has leído. Un buen lector -aunque no te lo diga- íntimamente descubrirá tu falacia.
18.  No te propongas nunca leer tantas horas al día. Ello torna mecánica y también superficial la lectura. Lee cuando te sientas en disposición o así te lo dicte tu demonio interior.
19.  No emprendas ninguna lectura en instantes de depresión o de estrés. El leer debe perseguir la exaltación, el goce, ojalá el éxtasis.
20.  No recibas consejos sobre la posición física en que debes leer. Si aquélla que te gusta te joroba la espalda, déjala que se jorobe.
21.  Si un autor te ha gustado, busca más obras suyas. Los buenos autores suelen ser constantes en su calidad.
22.  Por ningún motivo caigas en el embeleco de creer que «una imagen vale más que cien palabras». Pregúntate si ese tópico falaz podría ser expresado en imágenes y recuerda que el verbo es siempre más poderoso.
23.  Recuerda que los grandes autores no siempre son los más vendidos.
24.  No te dejes imponer plazos para una lectura. El de leer tiene que ser un acto libre y soberano.
25.  Jamás te comprometas con un autor a leer su libro.
26.  No te dejes forzar por ningún autor a comentarle el libro que te obsequió, ni verbalmente ni mucho menos por escrito. El comentario puede salir tiznado de lisonja.
27.  Nunca leas dos libros a la vez. Pero si quieres, hazlo.
28.  Ningún autor es mejor por el mero hecho de expresarse con claridad. Tampoco por hacerlo oscuramente.
29.  No creas en los premios literarios. Todos se conceden con un interés o con un cabildeo de fondo.
30.  No creas mucho en los elogios que entre sí se prodigan los escritores. Se producen para buscar la fuerza en la unión.
31.  Para no caer en trampas lectorales, repara en la forma como ciertos escritores famosos acostumbran dispensar sus elogios únicamente a mediocres que no puedan hacerles sombra.
32.  No trates nunca de buscar ni mucho menos de reprochar lo que un autor copia de otro, a menos que lo copiado sea el estilo. Los conceptos son propiedad de todos; el estilo, no.
33.  Al comprar libros de autores que aún viven, busca siempre la edición más reciente. Numerosos autores introducen correcciones y aun ampliaciones o podas en cada nueva edición.
34.  Jamás leas traducciones en prosa de obras que fueron escritas en verso. El procedimiento les resta un alto porcentaje de su encanto.
35.  Al comprar una traducción, trata de cerciorarte de la competencia del traductor. Esto no es fácil, pero sí muy recomendable. Traducciones hay que logran arruinar obras muy bellas.
36.  No te prives de las relecturas. Pueden darte más placer que los libros olorosos a tinta fresca. Una de las virtudes de los buenos libros consiste en invitar a ser releídos.
37.  Recuerda que el más grave inconveniente de los libros nuevos consiste a veces en descaminarnos de la relectura de los viejos.
38.  Algunos trozos literarios piden ser leídos en voz alta. No te prives de ello.
39.  Oscar Wilde sostenía que «no hay libros morales ni inmorales». «No hay más que libros bien escritos o mal escritos».
40.  Antes de juzgar inmoral a un autor, piensa en tu propia moralidad.
41.  Un gran libro no suele ser best-seller. Pero será, muy probablemente, long-seller.
42.  Hay libros que traen venenos ocultos. Procura ser tú mismo, fisiológicamente, el antídoto.
43.  Desconfía de los autores que hablan en forma dogmática. Por regla general, tratan de ocultar cuán fragmentarias son sus verdades.
44.  Ningún autor posee el monopolio ni de la verdad ni del error.
45.  Algunos autores comienzan como herejes y terminan como mitos. Cuídate de las supersticiones literarias.
46.  Cuando en un libro creas encontrar una verdad, indaga ante todo si ésta no habitaba ya dentro de ti.
47.  Pregúntate también si esa verdad no será un disfraz de la mentira.
48.  Nunca te jactes de ser un gran lector, citando autores sin ton ni son. A lo mejor, tu interlocutor es menos ignorante que tú.
49.  Desconfía de los libros que reciben demasiada publicidad. El ruido no es jamás heraldo de la sabiduría.
50.  A menudo, cuando un libro es bueno, pensamos que pudiéramos haberlo escrito. Si ello puede impulsarte a escribir, trata de emular ese libro, pero jamás lo imites.
51.  Nunca te dejes embarcar en discusiones sobre si el lector del futuro leerá en volúmenes o en pantallas de computador. El libro no cambia por ello.
52.  Sé fiel a tu vocación de lector, hasta cuando seas tú mismo tu propio libro.


Referencias:
Colombia: la alegría de pensar (abril 2004)

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